Se encuentran en los desiertos de todo el mundo y representan el último refugio en el paisaje más inhóspito. Te invitamos a conocer a algunos, mirá bien, no son espejismos.
Oasis Ubari, Libia
Los lagos de Ubari se ubican en la región de Fezzan en el suroeste de Libia, uno de los países más secos y calientes de la tierra. Se trata de una docena y media de espejos de agua rodeados de palmeras en el interminable desierto del Sahara. La zona, con un promedio anual de lluvia de tan solo 8 milímetros, ofrece sol permanente y cielos despejados en todas las estaciones. Los lagos Ubari son muy salados, debido al hecho de que sus aguas se evaporan de forma continua y no tienen ríos de los que alimentarse.
Oasis de Huacachina. Perú
La laguna Huacachina se ubica a cinco kilómetros al oeste de la ciudad peruana de Ica. Conocida también como el “oasis de Américas”, es el único oasis de América del Sur. Si bien hoy no se recomienda bañarse en sus aguas, en la década del ´60 se transformó en un balneario muy popular, rodeado de palmeras, restaurantes, hoteles y negocios de recuerdos y productos locales. En las altas dunas se practican deportes como el sandboard y paseos en buggies.

Wadi Bani Khalid. Omán
Wadi Bani Khalid se encuentra a 200 kilómetros de Mascate, la capital costera del sultanato de Omán, en el Medio Oriente. El agua que fluye durante todo el año en este oasis proviene de un arroyo subterráneo ubicado en la parte superior del valle, por lo que es destino turístico en cualquier época. La primera piscina es la más popular, la más grande y la más profunda, pero no la única, después de unos diez minutos de caminata se accede a las piletas superiores, mucho menos visitadas aunque igual de atractivas. En todo el sultanato se aconseja vestirse en forma “decorosa.

Parque Nacional de Lençóis Maranhenses. Brasil
Este oasis se encuentra en el estado brasileño de Maranhão y fue declarado Parque Nacional en 1981 para proteger unas 155 mil hectáreas de este mar dunas que ocupa 70 kilómetros de costa y 50 kilómetros hacia el interior. Las abundantes precipitaciones que recibe la zona, entre mayo y septiembre, forman lagunas de aguas cristalinas en medio de las dunas de arena. En sus playas, se pueden ver cangrejos y tortugas marinas además de recibir la visita de muchas aves migratorias.

Oasis del Lago Crescent. China
El Lago de la Media Luna, como se lo conoce, es un oasis que existe hace 2.000 años y se ubica en el desierto del Gobi, a 2.500 kilómetros de Pekín y a unos 6 kilómetros al sur de Dunhuang en China. En los últimos años, a causa de la desertificación en la región, el lago había disminuido en su tamaño tubo que ser rellenado de agua recuperando una parte de su tamaño y profundidad. La zona, que vive del turismo, es visitada por más de medio millón de los turistas al año.

Oasis Havasu, Arizona, Estados Unidos
En este oasis, ubicado en el Gran Cañón, las cataratas Havasu, con una cascada principal de treinta metros, forman piscinas naturales en medio de un paisaje desértico. El particular color del agua se debe a la piedra caliza del lecho, que refleja el color del cielo. Para llegar al lugar hay que caminar 16 kilómetros bajo el sol ardiente de Arizona o volar en helicóptero. El lugar forma parte de la reserva india de Havatsupai, que quiere decir “gente del agua azul verdoso”.

Oasis de Chebika, Túnez
El oasis Qasr el-Shams (“castillo del Sol” en árabe) se esconde en un cañón al pie de las montañas Djebel el Negueb, al sur de Túnez. La antigua población de Chebika que se encontraba en las cercanías, después de las inundaciones de 1969 se desplazó a una zona más llana. En el lugar hay pequeñas cascadas que forman piscinas rodeadas de palmeras en donde refrescarse. En el lugar se grabaron varias escenas de la Guerra de las Galaxias, Episodio IV.

Ein Gedi, Israel
Ein Gedi es un oasis a orillas del Mar Muerto en el desierto de Judea en el sur de Israel. Fue declarado Reserva Natural en 1971 y es uno de los pocos lugares en donde los arroyos del desierto fluyen todo el año. Los senderos del parque siguen a los arroyos entre barrancos y acantilados en donde se forman cascadas y piscinas naturales rodeadas de una exuberante vegetación. En el oasis además puede verse parte de la fauna local, como zorros, lobos y cabras montesas de Nubia.
