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Mario Rodriguez

Te mostramos algunos paisajes tan hermosos y tan peligrosos que lo mejor es, no moverte de tu casa, y conocerlos a través de una pantalla.

Lago Natron, Tanzania

Ubicado al norte de África, las aguas de este lago deben su color rojizo a las algas que, junto con los flamencos son sus únicos habitantes. El alto contenido salino del lago y las temperaturas, que alcanzan los 60 grados centígrados, pueden petrificar a los animales que se bañen en sus aguas. La causa de esta letalidad se debe a los numerosos compuestos químicos derivados del cercano estratovolcán Ol Doinyo Lengai.

(Foto: Alex Berger/ Flickr).

Valle de la Muerte de Kamchatka, Rusia

Considerado uno de los lugares más hermosos de Rusia, la península de Kamchatka es también uno de los más peligrosos del mundo. En este territorio existen manantiales térmicos que emanan gases extremadamente tóxicos por lo que todos los seres vivos en esta área, mueren en pocos minutos. Los científicos no han podido aún encontrar una explicación al fenómeno.

(Foto: Einar Fredriksen/ Flickr)

Volcán Sinabung, Indonesia

Ubicado en el norte de la isla de Sumatra, este volcán, después de 400 años de inactividad retomó su actividad en 2003 y no ha parado de expulsar humo y ceniza. En 2014 murieron 16 personas y miles de vecinos fueron evacuados. Considerado como uno de los más peligrosos de Indonesia, en julio del 2019 arrojó ceniza volcánica a más de siete kilómetros de altura.

(Foto: Pavel Kirillov/ Flickr).

Desierto Danakil, Etiopía

Situado en la depresión de Afar, “El infierno sobre la Tierra” como le dicen, es la zona más caliente del planeta con 50 grados centígrados durante casi todo el año. Solo la étnia Afar habita la zona del lago Abbe, allí, el agua que brota del terreno volcánico, forma chimeneas que alcanzan 50 metros de altura y depositan sedimentos que dan al lugar un aspecto extraterrestre.

(Foto: Andrea Moroni/ Flickr).

Monte Washington, Estados Unidos

Ubicado en el estado de New Hampshire, este monte registra condiciones climáticas aún más extremas que la Antártida. Con 1917 metros de altura, en su cima se han medido vientos de 372 kilómetros por hora que, con las constantes nevadas y ventiscas, ofrece una sensación térmica de hasta 44 grados bajo cero. Suficiente para reducir las ganas de visitarlo.

Es tiempo, dentro de lo posible, de quedarnos en casa y, entre pelis, comidas elaboradas y juegos de mesa, podemos dedicarnos a planificar “nuestro viaje soñado”. Aquí, algunos consejitos para lograrlo.

Elegir destino y fecha

Para comenzar a planificar un viaje es muy importante tener una idea del lugar que nos gustaría visitar y que tipo de experiencia pretendemos vivir. No está mal tener varias opciones y analizarlas según gustos y presupuesto. Verano o invierno. Tranqui o aventurero. Playa o montaña. Urbano o naturaleza. Un destino o varios. Caro o gasolero.

Saber con bastante tiempo las fechas que disponemos para el viaje nos ayudará a encontrar mejores precios y tener en cuenta la temporada alta y baja del destino, el clima de la zona durante esos días, cuándo es más barato, etc.

También hay que estar atentos a las ofertas que circulan en la red y aprovechar la gran promo.

Hacer el presupuesto

Este punto puede no ser el más amigable pero sí, uno de los más importantes a la hora de decidir un viaje. No es lo mismo una escapada de fin de semana a pocos kilómetros, que un viaje de varios días o a un destino muy lejano. Así que, libreta en mano a anotar costos de transporte, alojamiento, traslados, seguros, comidas, etc., etc. para hacernos una idea precia de cuanto dinero vamos a necesitar. La información, que se consigue rápidamente en la red, nos permitirá comparar precios, analizar los puntajes de los sitios recomendados y compartir la experiencia de otros viajeros.

También es clave saber cuantos viajaremos, porque, entre dos o más personas los costos de algunos ítems se abaratan (alojamientos, traslados, etc.).

Buscar adonde dormir

Una buena parte de nuestro presupuesto se destinará al alojamiento y las opciones para elegir van desde baratos campings a coquetos hoteles. Si viajamos varias personas, un departamento para cuatro personas puede salir más barato que dos habitaciones en un hotel. Incluso es una buena opción si es un viaje familiar, ya que podemos cocinar, lavar la ropa, etc.

Si la opción elegida es el hotel, lo mejor es reservar con tiempo y analizar la ubicación, los servicios que ofrece, el régimen de comidas, si incluye tours, etc.

Tener los documentos al día

Los argentinos debemos usar el documento nacional de identidad (DNI) digital o el pasaporte para viajar a los países del Mercosur y estados asociados.En el caso de viajar a países fuera del Mercosur, es requisito imprescindible tener al día el pasaporte (al día) y la visa si el país de destino lo exigiera.

Los menores de 18 años, además del DNI digital o pasaporte,si viajan con ambos padres deben acreditar el vínculo mediante la libreta civil de familia o la partida de nacimiento. Si viaja con uno solo de sus padres, además de demostrar la relación familiar con alguno de los documentos citados, deberá acompañar la autorización del progenitor ausente.

Otro detalle a tener en cuenta es, si viajamos al extranjero, averiguar si el país que visitaremos exige la colocación de alguna vacuna.

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¿Querés saber cómo sacar la Visa a Estados Unidos? ¡Te contamos todo en este post! 😉 〰 Día 1️⃣: 🔸️Ingresar a la página de la embajada de los Estados Unidos. 🔸️La página brinda dos opciones: “Visa de No Inmigrante” y “Visa de Inmigrante”. 🔸️Completar el formulario DS160. Hay que imprimirlo con el código de barras (será solicitado en las citas de la embajada). 🔸️Acceder dentro del mismo sitio al Servicio de Información de Visas y crear un usuario con mail y contraseña. 🔸️Con el número del formulario se elige a qué sucursal de DHL enviar el pasaporte una vez obtenida la visa. 🔸️Se deben abonar los aranceles. Hay una opción de imprimir una boleta para pagar en efectivo o directamente con tarjeta. 🔸️Se brindan diversas opciones para las citas tanto la “Cita Consular” como la “Cita CAS”. 〰️ Dos por uno: Desde hace un tiempo se da la opción de realizar la cita en el CAS y la entrevista en el Embajada en el mismo día pero es recomendable sacar ambos turnos con un buen tiempo entre ellos, ya que no se sabe cuánta gente habrá en la primera cita. 〰️ Día 2️⃣: Momento de viajar a la gran ciudad. La primera cita será en el CAS (Centro de Atención al Solicitante), ubicado en avenida Santa Fe 4569, Palermo. Allí se tomarán tanto las huellas digitales como la fotografía. Los documentos a presentar son: pasaporte y el formulario DS160 con el código de barras legible. 〰️ Día 3️⃣: Unos 15 min antes de la hora prevista para la entrevista se debe dirigir a la calle Colombia 4300, Palermo donde se llevará a cabo el proceso final de la visa. 🔸️Una primera fila detrás de un cartel donde dice la hora de la entrevista. 🔸️Mostrar el formulario en una ventanilla donde harán unas simples preguntas. 🔸️Pasar por seguridad. En este caso se dejarán los papeles y pertenencias en una caja que pasará por un scaner. La persona caminará por un detector de metales. 🔸️Se volverán a tomar las huellas digitales. En el caso de ser renovación muchas veces el trámite termina allí. 🔸️Se formará otra fila para ingresar a una sala donde se harán las preguntas finales para ver si uno es apto para la visa. 〰️ Te dejamos links y datos clave en nuestra web (link en bio).

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Contratar un seguro de viajes

No siempre lo tenemos en cuenta pero, si se trata de un viaje al exterior, hay que estar cubierto con un seguro (que es muy probable que no lo usemos) pero es una tranquilidad, ya que cubren cualquier contratiempo que podamos sufrir mientras estemos afuera, como un accidente, una enfermedad pasajera o incluso, el extravío de valijas.

Algunas tarjetas de crédito incluyen estos seguros dentro de sus beneficios.

Activar las tarjetas

Me ha pasado el tener que llamar al banco desde la sala de preembarque. En algunas empresas es automático pero, mejor asegurarse y, si viajamos al extranjero avisar al banco sobre el destino y las fechas que estaremos en el para evitar que nos bloqueen las tarjetas y poder utilizarlas a discreción.

Hacer las valijas

Parte de la información que tengamos del destino y las actividades que podamos llegar a realizar nos guiarán en parte para preparar nuestro equipaje. Llevar solo lo que vamos a usar es casi una utopía pero hay que intentarlo. No nos olvidemos que en la valija además de llevar ropa, ojotas, protectores solares, elementos de aseo personal y remedios, hay que dejar espacio para cargadores, cables, pantallas y cuanta parafernalia tecnológica llevemos a cuestas.

No está de más chusmear algún tutorial en Youtube de “cómo preparar la valija”.

Investigar el destino

“No estuviste en tal lugar si no volvés con la foto de…”. Siempre es bueno tener una idea general del lugar que vamos a visitar. Son bienvenidas las opiniones y consejos de gente que ya viajó al destino elegido y las recomendaciones en blogs especializados y cuanta información se pueda reunir. Los puntos turísticos importantes, la conversión del dinero, el idioma (si no es el castellano), las costumbres y cómo moverse en el destino.

Existen aplicaciones para cada etapa y necesidad durante el viaje. Desde conversores de monedas, mapas, traductores automáticos y hasta una app que, en caso de urgencia,  encuentra el baño más cercano a tu ubicación.

Te recomendamos algunas pelis para estos días en donde lo mejor es quedarse en casita, el pasaporte será la pantalla y, solo por esta vez, el protagonista del viaje no serás vos.

Comer, rezar, amar

Liz Gilbert (Julia Roberts) decide poner fin a su matrimonio, una carrera prometedora y su “supuesta vida perfecta” para emprender un viaje de autodescubrimiento que la llevará a recorrer Italia, India e Indonesia en busca de buena comida, espiritualidad y, el amor verdadero.

Protagonistas: Julia Roberts, Javier Bardem, James Franco

2010 – 2 horas 20 minutos

La vida secreta de Walter Mitty

Walter Mitty (Ben Stiller) trabaja en el departamento de fotografía de la revista Life. Su vida es monótona y aburrida pero, su gran imaginación le permite realizar fantásticos viajes en donde es el protagonista de increíbles aventuras. Un día, sus sueños se hacen realidad cuando una misteriosa mujer lo conduce a una misión real.

Protagonistas: Ben Stiller, Kristen Wiig, Adam Scott, Patton Oswalt, Shirley MacLaine, Kathryn Hahn, Sean Penn.

2013 – 114 minutos

Camino salvaje

Christopher McCandless (Emile Hirsch) es un joven e idealista que, después de graduarse en la universidad, se deshace de sus pertenencias, dona sus ahorros y emprende un viaje rumbo a Alaska para entrar en contacto con la naturaleza y descubrir el verdadero sentido de la vida.

Protagonistas: Emile Hirsch, Marcia Gay Harden, William Hurt, Jena Malone, Brian Dierker, Vince Vaughn.

2007 – 2 horas 28 minutos

Viaje a Darjeeling

Francis (Owen Wilson), Peter (Adrien Brody) y Jack (Jason Schwartzman) son tres hermanos que con el paso del tiempo ya ni siquiera se hablan. La muerte de su padre los reúne nuevamente y, para retomar los lazos perdidos, se embarcan en un viaje en tren a bordo del Darjeeling Limited, la línea ferroviaría que recorre la India, de un extremo al otro. Por sus peleas y mal comportamiento son obligados a abandonar el tren y su plan toma un giro inesperado.

Protagonistas: Owen Wilson, Adrien Brody, Jason Schwartzman, Anjelica Huston, Bill Murray, Amara Karan, Camilla Rutherford, Irrfan Khan, Natalie Portman.

2007 – 91 minutos

El viaje de tu vida

Robyn Davidson (Mia Wasikowska) es una joven australiana que en 1977 se embarca en un viaje de nueve meses en los que recorre más de 2700 kilómetros a través de los desiertos de su país, desde Alice Springs al Océano Índico. Solo la acompañan su inseparable perro y sus cuatro camellos.

Protagonistas: Mia Wasikowska, Adam Driver, Emma Booth, Rainer Bock, Jessica Tovey, Robert Coleby, Tim Rogers

2013 – 107 minutos

Ushuaia, 8AM. Mientras desayunamos con la impresionante vista del Canal de Beagle y la isla Navarino, algo llamó la atención. Los comensales abandonan cafés y tostadas francesas para acercarse a los ventanales con la cámara de sus celus activada.

El sol al asomarse filtra entre las nubes un haz de luz horizontal que pega en un pico nevado de Navarino. El efecto es increíble. La montaña se tiñe de un naranja intenso y luminoso mientras que el resto del paisaje permanece apagado.

Corro a mi habitación, dos pisos más arriba, a buscar mi cámara. Opto por los ascensores que siempre fueron rápidos. Bueno, lo fueron hasta hoy. Claro, hora de desayuno, salidas de excursiones, mucho movimiento, y yo apurado. En tres o cuatro minutos estoy en el coqueto pasillo -sutilmente iluminado como manda la moda y el ahorro energético- para recorrer unos pocos metros hasta llegar frente a mi puerta. Paso una y otra vez con ansiedad la tarjetallave sin resultado. Pruebo de un lado, del otro, nada. La paciencia se esfuma junto con el espectáculo que quiero fotografiar. En esta zona el clima cambia en minutos.

Las fotos corresponden a un amanecer y un atardecer más en Ushuaia. (Foto: Mario Rodriguez).

Me dirigía a la recepción para presentar un airado reclamo cuando me percaté que hicieron la tarjetallave con color, tamaño y hasta la misma forma redondeada en las puntas de mi carnet de conducir.

Ese amanecer no se repitió mientras duró mi estadía.

Repetir hasta el cansancio. Estas son las recomendaciones básicas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para evitar el contagio.

-Lavado de manos frecuente. Lavarnos con frecuencia las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos a base de alcohol mata los virus que pueda haber en nuestras manos.

-Toser con el codo flexionado. Al toser o estornudar, debemos cubrirnos la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo desechable que se debe tirar inmediatamente. Después, lavarnos las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos a base de alcohol. De este modo evitamos la propagación de los virus, ya que las manos pueden contaminar los objetos o las personas a las que toquemos.

-Al menos un metro de distancia social. Mantengamos al menos 1 metro de distancia con las demás personas, particularmente con aquellas que tosen, estornudan y tienen fiebre. Cuando se tose o estornuda, se proyectan pequeñas gotículas respiratorias (partículas de saliva) que pueden contener el virus. Si estamos demasiado cerca, podemos respirar esas gotículas y con ellas el virus.

-Evitemos tocarnos los ojos, la nariz y la boca. Las manos tocan muchas superficies que pueden estar contaminadas con el virus. Si nos tocamos los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas, podemos transferirnos el virus.

-Atención médica precoz. Si tenemos fiebre, tos y dificultad para respirar y hemos viajado a una zona en la que se haya notificado la presencia del 2019-nCoV, o si hemos tenido un contacto cercano con alguien que haya viajado desde esas zonas, se lo informemos a nuestros médico.

-Evitemos el contacto con animales. Lavarnos periódicamente las manos con jabón y agua potable después de tocar animales y productos animales; evitemos tocarnos los ojos, la nariz o la boca con las manos, y el contacto con animales enfermos o productos animales en mal estado.

Evitemos además todo contacto con otros animales (gatos y perros callejeros, roedores, aves, murciélagos). También el contacto con desechos o fluidos de animales posiblemente contaminados que se encuentren en el suelo o en estructuras de tiendas y mercados.

-Evitemos comer animales crudos o poco cocinados

Además de cocinar bien los alimentos de origen animal, debemos tener especial cuidado con la manipulación de productos crudos a fin de evitar la contaminación cruzada.

¿Sirven las mascarillas?

La OMS solo contempla el uso de la mascarilla en personas con tos y estornudos para evitar la propagación del virus. En personas sanas, solo si van a atender a alguien enfermo. Además, el uso de las mascarillas solo es eficaz si se combina con el lavado frecuente de manos con una solución hidroalcohólica (alcohol en gel) o con agua y jabón.

La villa, fundada en 1989, es uno de los destinos más jóvenes y con mayor crecimiento de Neuquén. Montañas, volcanes, lagos, bosques y estepa, excelente gastronomía son solo algunos de sus atractivos.

Del aeropuerto de Neuquén hasta Villa Pehuenia hay 300 kilómetros. En los 200 iniciales el paisaje ofrece la típica la estepa patagónica, no digo que dan ganas de volverse, pero… En Primeros Pinos, a unos 80 kilómetros de la villa, comienza el dominio de las araucarias. Se le suman las montañas y valles con sus ríos y ya, no dan ganas de volverse. Me instalo y a través de los ventanales de mi habitación, el intenso azul del lago Aluminé me da la bienvenida.    

Inactivo, solo el volcán

A solo 8 kilómetros de Villa Pehuenia, en el límite con Chile, el volcán Batea Mahuida es sin dudas su principal atractivo turístico. Para acceder a su techo, a casi 2.000 metros de altura, hay varias opciones: trekking, mountain bike o 4×4. Ya habrá tiempo para la actividad física pensé mientras abordaba la Defender. La cumbre ofrece una panorámica de 360 grados desde donde apreciar la transición de la estepa con el bosque andino. Además de Villa Pehuenia y Moquehue, se pueden ver algunos volcanes chilenos y argentinos, y lagos y lagunas de ambos países. En el centro del cráter existe una laguna que se caracteriza por sus colores verdes y turquesas. Durante el invierno esta zona se convierte en un centro de esquí administrado por la comunidad mapuche Puel.

Desde la cumbre del volcán Batea Mahuida, el panorama incluye varios volcanes de Chile. (Foto: Efraín Dávila).

Al agua en Pehuenia

Desde el Golfo Azul parten las embarcaciones para navegar el Aluminé. Charlie, el locuaz capitán que huyó de la “locura” porteña, nos lleva a conocer la península de Villa Pehuenia y algunas de las islas del lago. Con 53 kilómetros cuadrados y 240 metros de profundidad máxima, el espejo esconde hermosas playas, muchas de ellas accesibles solo por agua. El agua varía sus colores de azules intensos, a verdosos y turquesas. Durante el verano la temperatura del agua alcanza los 20 grados, óptimos para bañistas. El capitán/guía, luego de explicaciones, historias y chistes, a manera de despedida se pone serio: “El lago es el patio de nuestra casa y, como tal, lo cuidamos”. Mediodía, dicen que el agua despierta el apetito, raviolones de ciervo con filetto.

Otra opción “más movida” es practicar rafting en el río Aluminé. (Foto: Mario Rodriguez).

Excursión al límite

Nuevamente en vehículo doble tracción nos dirigimos a Paso del Arco, antiguo paso fronterizo a Chile, hoy no habilitado. Durante el recorrido, visitamos las ruinas de la antigua aduana, cruzamos un hito fronterizo con Chile y llegamos a Laguna Norte, un cráter secundario del Batea Mahuida. Nos internamos en plena estepa y Facu, conductor y guía, con solo mover el volante bromea “estamos en Chile, ahora en Argentina…”. Mientras vadeamos un arroyo, una caravana de motos enduro nos sobrepasa. Son chilenos o argentinos? Están en Argentina o en Chile? Difícil saberlo pero, a juzgar por los alaridos que emiten al trepar las dunas, poco les importa. El paisaje cambia y se llena de pehuenes -nombre aborigen de las araucarias- que esconden lagunas como la Piñihue y Corazón. Hay picada patagónica, jabalí, ciervo y vino de la zona, entre otras delicias.

Durante la excursión Paso del Arco, el paisaje cambia permanentemente. (Foto: Mario Rodriguez).

Pehuenia a pedal

Fernando es un santafecino con dos pasiones: Villa Pehuenia y las mountain bike. Me ofrece un curso acelerado y me cede la bici importada. Casco, guantes, botellitas de agua y dos disparos de Ventolín antes de arrancar. Durante el primer tramo recorremos la ruta de acceso a la villa para internarnos luego, por un camino paralelo. Se suceden las subidas, las bajadas y el cruce, bicicleta al hombro, de un arroyo, hasta ingresar a tierra mapuche. El guía, con aire para pedalear y hablar, inicia la clase de botánica: “¿Viste esos lugares de árboles grandes y césped verde, ideales para un picnic? Eso es un bosque enfermo. El sano tiene leña seca, hojarasca, arbustos y árboles de distintas alturas”, explica. Araucarias, ñires, cohiues, lengas y radales se suman al entorno en donde dejamos las bicis para iniciar una corta caminata hasta llegar al lago Moquehue para disfrutar del atardecer. Mates, alfajores con harina de piñón, charla y retorno.

El mountain bike es una de las actividades que permite conocer rincones ocultos de la villa. (Foto: Villa Pehuenia).

Volver cargado

Antes de instalarse en la zona, al “capitán” Charlie, un lugareño le dijo: “acá está todo por hacer” y lo convenció de mudarse. Confluyen en Villa Pehuenia gente de todo el país, en busca de seguridad, tranquilidad y naturaleza. Regreso con una pequeña dosis de cada una.

Las lagunas Piñihue y Corazón son parte de la excursión en 4×4 que también incluye una picada patagónica. (Foto: Mario Rodriguez).

Desde modernas estructuras a frágiles pasarelas, te mostramos cinco puentes que ofrecen singulares atractivos y una alta cuota de adrenalina.

Puente Trift. Suiza

Ubicado cerca de Gadmen en Suiza, es el puente peatonal suspendido más largo de los Alpes, con una longitud de 170 metros y 100 metros de altura. Se suspende sobre el glaciar Trift, lo que garantiza unas vistas espectaculares para los que no tengan vértigo.  Si bien, su aparente inestabilidad y las vistas al vacío pueden impresionar, está construido con gruesos cables de acero a los que se atornillaron los tablones de madera. 

Construido originalmente en 2004 para acceder a la central hidroeléctrica de Trift, se reemplazó en 2009 por este modelo mucho más robusto y abierto al público.

Puente Hussaini. Pakistán

Amado por los aficionados a los entretenimientos extremos, este puente fue construido para cruzar el rio Hunza. En la zona, caracterizada ser ventosa, pueden verse los restos del puente original al lado del actual, que también fue construido con elementos simples como cuerdas y madera. Con el uso, muchas tablas se rompieron y los espacios entre ellas se hicieron muy grandes que, sumado al permanente viento helado, hacen que este el Hussaini sea considerado el Puente mas peligroso del mundo.

(Foto: Pulpitis/123RF).

Puente de Qeswachaka. Perú

Ubicado a 3.700 msnm, en el departamento del Cusco, este puente inca tiene una longitud de 28 metros, poco más de un metro de ancho y se suspende a 30 metros sobre el río Apurímac. Formaba parte de una importante red de caminos que conducían a Machu Picchu. Todos los años las comunidades locales, mediante un rito, mantienen y renuevan el puente como lo hacían los incas hace cientos de años. Hoy, es uno de los grandes atractivos turísticos de la zona.

(Foto: Mark Green/123RF).

Puente Carrick-a-Rede. Irlanda

Situado en la costa de Irlanda del Norte, este puente de cuerda, con 20 metros de largo y suspendido a 30 metros sobre el mar, conecta la tierra con la isla de Carrick-a-Rede.

Fue construido por los pescadores, para poder acceder a la zona por la que pasaban los salmones en la época de migración. En el año 2002, debido al cambio de las rutas migratorias, se terminó la actividad pesquera en esta zona así quedecidieron reconvertirlo en un atractivo turístico que recibe miles de visitantes cada día.

(Foto: Matthi/123RF).

Puente Capilano. Canadá

El puente colgante de Capilano cruza el río homónimo y es la atracción más popular de Vancouver en la Columbia Británica, Canadá. Tiene una longitud de 140 metros y está suspendido a 70 metros de altura. Si bien no es el original, existió uno en el lugar desde 1889, cuando George Grant Mackay compró los terrenos del otro lado del río y construyó una cabaña de madera y un primitivo puente que atrajo a los visitantes desde entonces. El actual, mucho más seguro y con barandas, a pesar de balancearse permanentemente recibe a más de 800.000 turistas al año.

(Foto: SergeyBreev/123RF).

El Cruce Andino atraviesa la cordillera a través de tres lagos y enlaces terrestres en bus para unir Bariloche con Puerto Varas en Chile.

Desde Bariloche, punto de partida de nuestro viaje, nos trasladamos en bus unos 25 kilómetros hasta Puerto Pañuelo. El camino que bordea el lago Nahuel Huapi ofrece postales de películas con sus construcciones de estilo suizo, rodeadas de cuidados jardines.

Lago Nahuel Huapi, azul intenso

Con el panorama del Llao Llao, zarpamos de Puerto Pañuelo a bordo del Gran Victoria, el catamarán con el que navegamos durante una hora por el Nahuel Huapi. Una llovizna persistente satura el verde de la vegetación costera. Los tres bocinazos que toca el capitán a modo de saludo al atravesar el Islote Centinela rompen el silencio, allí descansan los restos del Perito Francisco Pascasio Moreno, considerado el padre de los parques nacionales. El recorrido continúa entre montañas y cascadas que se abren paso entre la selva valdiviana que tapiza las costas. Puerto Blest a la vista.

(Foto: Mario Rodriguez).

Una vez en el muelle, el lugar invita a perderse en alguno de los senderos del Parque Nacional Nahuel Huapi, pero hay que seguir. En bus, durante tres kilómetros, atravesamos el bosque bordeando el río Frías con sus particulares aguas verdes y lechosas –aportadas por uno de los glaciares del cerro Tronador–, hasta llegar a nuestro próximo puerto.

Lago Frías, espejo verde

Embarcamos en Puerto Alegre para recorrer el lago Frías durante 25 minutos. Alimentado por las abundantes precipitaciones de la zona y por los arroyos que bajan del glaciar Frías del Cerro Tronador, cuyas aguas le dan la peculiar coloración verde. Por ser el de menor tamaño, la exuberante costa está mucho más cerca y nos deja ver cómo los árboles invaden el paisaje hasta el agua. Personalmente me pareció el más lindo de los tres lagos.

En Puerto Frías hacemos los trámites aduaneros y luego, en bus por dos horas para ingresar a Chile. En Peulla, pequeño puerto en el lago de Todos los Santos hacemos migración y almorzamos antes del último trayecto lacustre.

(Foto: Mario Rodriguez).

Lago de Todos los Santos, color esmeralda

Iniciamos el recorrido del último lago, esta vez en aguas chilenas. Al rato de navegar, el capitán detiene la marcha y se acerca a la costa; la cascada de ochenta metros de altura bien merece fotos desde todos los ángulos. Llegamos a Petrohue. Abordamos el último bus que, bordeando el lago Llanquihue, nos lleva a destino final.

Puerto Varas es una pequeña ciudad de alrededor de 40.000 habitantes, fruto de la inmigración alemana que se asentó a orillas del lago Llanquihue. La arquitectura, e incluso la gastronomía, dan muestras concretas de la influencia germana.  

(Foto: mihtiander/123RF).

De vuelta

Al navegar, nos cambiamos de lado para disfrutar de “la vereda de enfrente”. La selva valdiviana, con sus más de 3.000 milímetros anuales de lluvia, alberga coihues, alerces, cipreses, lianas y enredaderas. Esta vez con sol, los distintos verdes de cada especie dibujan un paisaje de esos que son para mirar, difíciles de describir. Las nueve horas de recorrido pasan volando y el Llao Llao, esta vez de frente, nos recibe en su bahía.

La capital ecuatoriana y sus alrededores ofrecen diversos atractivos para descubrir en varios días: el centro histórico mejor conservado de América, gastronomía típica, volcanes, selvas y páramos.

La primera actividad en Quito fue participar de una cooking class. En una casa colonial, con patio interno lleno de macetones con plantas y flores, el chef Edwin Yambay dirige su restaurante Altamira. Los participantes, con la ayuda del chef, elaboramos nuestra comida lo que resultó una gran experiencia. Conocimos las técnicas y los ingredientes, muchos de ellos desconocidos en Argentina, que rescata la cocina tradicional ecuatoriana. Hay 200 variedades de papa en Ecuador, a chola es la que se utiliza para el locro quiteño. El plátano verde, de consistencia más dura, se come frito en trozos aplanados llamados patacones o tostones. Considerado como la cuna del cacao, El país lo exportó desde siempre como materia prima, hoy gana premios internacionales en la industria de los chocolates finos.

Siguiente paso, recorrer el casco histórico de Quito, uno de los más grandes y mejor conservados de América, Patrimonio de la Humanidad. Las angostas calles hechas con piedra volcánica nos llevan hasta la Plaza Grande, sitio de reunión de los quiteños. Centro político e histórico, en el centro se levanta el monumento a los Héroes de la Independencia y, alrededor, el Palacio de Gobierno, el Palacio Arzobispal, la alcaldía y la Catedral.

Casi toda población de Ecuador –un 95%- profesa la religión católica. Por eso es natural que sus más de 50 iglesias sean visitadas casi a diario por feligreses y turistas. En el circuito religioso se destacan, entre otras, la Compañía de Jesús, de estilo barroco español y un interior decorado en madera tallada recubierta en láminas de oro. Por otra parte, la monumental Iglesia de San Francisco, con su larguísima fachada y una gran explanada al frente –otro lugar de reunión de locales y palomas–, ocupa más de tres hectáreas: es la obra arquitectónica religiosa más grande de Latinoamérica.

Pájaros rojos

Todavía está oscuro en la mañana cuando emprendemos el camino hacia el norte, al Bosque Nublado. A poco de dejar la capital, el paisaje cambia por completo. El recorrido transcurre entre montañas y la vegetación se hace exuberante. Un camino angosto nos lleva hasta Paz de las Aves.

En una barranca que mira al bosque se ubica el refugio con turistas ansiosos por avistar, fundamentalmente, al gallito de la peña. Ángel se acerca al filo y emite sonidos. “Él se comunica con las aves: imita sus cantos y las llama por sus nombres”, comenta Vinicio Paz, administrador de la reserva. Las exóticas aves de contrastante plumaje rojo se acercan y se posan en los árboles cercanos. Comienza la agitación por lograr la mejor vista, la mejor foto. Alguien se aventura fuera del refugio para buscar una mejor ubicación. El reto es instantáneo y en voz baja. Las aves se alejan, y vuelta a empezar.

(Foto: Mario Rodriguez).

El desayuno, servido en un deck cercano, incluye el bolón de verde, otro de los típicos platos que tienen al plátano verde como protagonista. Alrededor todo es movimiento: colibríes, ardillas y aves coloridas van y vienen por el lugar.

Al llegar a Bellavista todavía faltan dos horas para el almuerzo, el tiempo justo para recorrer unos de los senderos del complejo. El circuito empieza frente a un nutrido grupo de “americanos” que gatillan y gatillan a cientos de colibríes que se acercan a los comederos.

Más que una experiencia exclusiva para “pajareros”, recorrer el Bosque Nublado es un pasaporte a uno de los ecosistemas más ricos del mundo, en donde se desarrolla una gran diversidad de plantas y animales. Al volver, agotado y feliz, los “americanos” siguen en el mismo lugar llenando tarjetas de memoria.

Desde la altura

Un teleférico nos lleva al volcán Pichincha: en pocos minutos subimos hasta los 4.000 metros sobre el nivel del mar. Tanto en el recorrido como en la cima, el panorama de la ciudad –y, en un día despejado, el perfil de la cordillera con los nevados Cayambe, Antisana y Cotopaxi– transforma a esta actividad en una experiencia muy recomendable. Una breve caminata nos conduce hasta las hamacas que permiten “columpiarse sobre Quito”. Hay que llevar abrigo, porque la temperatura baja drásticamente.

(Foto: Mario Rodriguez).

Basta levantar la vista desde cualquier punto de la ciudad para observar sobre la loma El Panecillo a la virgen alada. La Virgen de El Panecillo se ubica a 3.000 metros sobre el nivel del mar y fue “armada” con 7.400 piezas de aluminio. Con 36 metros de altura, es una de las imágenes más elevadas del mundo –más, incluso, que el Cristo Redentor en Río–.

(Foto: Mario Rodriguez).

La mitad del mundo

Si uno no fue al monumento Mitad del Mundo y se sacó una foto con un pie en cada hemisferio con la línea amarilla al medio, no visitó Quito. En 1736, un grupo de franceses aseguró que este era el centro geodésico del mundo. Más acá en el tiempo, GPS mediante, se determinó que la verdadera mitad del mundo estaba unos metros más allá, en Intiñán.

En el museo Intiñán se pueden experimentar con juegos didácticos los efectos de la latitud 0, la línea ecuatorial. Ahí, un huevo se para en la cabeza de un clavo, el agua de un lavatorio al sacar el tapón gira para uno u otro lado dependiendo de si está en el hemisferio sur o en el norte y, si uno se para en la línea ecuatorial, puede comprobar que pesa un kilo menos (en la parte más ancha del planeta, la fuerza de gravedad es menor).

(Foto: Mario Rodriguez).

En otra sección del museo se pueden apreciar las costumbres de los pueblos de la región, como los waorani que habitaban la Amazonia o los shuar, conocidos por su tradición de reducir cabezas.

La Capilla del Hombre

Dentro de este imponente espacio arquitectónico se exponen las obras del destacado pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín. Divididas en las series de el llanto, la ira y la ternura, el artista retrata el sufrimiento, las luchas y los logros del pueblo latinoamericano. Fue declarado por la Unesco como “prioritario para la Cultura”.

“Mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir”.

(Foto: Mario Rodriguez).

En 2002 se inauguró su obra más importante, el espacio arquitectónico “La Capilla del Hombre”, el cual Guayasamín murió sin ver finalizado.

Sus cenizas descansan bajo el denominado “Árbol de la Vida”, un pino plantado por el mismo artista en la casa en que vivió sus últimos 20 años, dentro de una vasija de barro.

“Entre el culo y la montura deben caber cuatro dedos” nos instruye parado en los estribos. “Para arrancar levantamos las riendas y tiramos unos besitos. Para parar, tiramos suavemente hacia atrás las riendas y decimos ¡shooooo!”
Después del tutorial, Don Rafael distribuye los caballos. El tordillo manso para la turista francesa. Para el quiteño que ya tiene experiencia, el zaino colorado. El Llanero me toca a mí, es inquieto y porfiado como vos, pero sigue alegre al resto, nada de solitario.
Averigua mi origen, mira el cielo y me pregunta sobre las costumbres alimenticias de los cóndores argentos. Luego aporta la versión local, “acá se aprovechan de los terneros chiquitos, cuando las vacas bajan al valle a tomar agua, pasan volando y chaaff!!! se los llevan”.
“Don Rafael, se me cayó algo”, dije.
Con una seña indica al resto del grupo que siga y se queda conmigo hasta que encuentro… la tapita del lente.
“Es un ojo de pescado?” Me pregunta apuntando a la cámara. “No, es un gran angular para que entre mucho paisaje en la foto” y muevo la mano de izquierda a derecha como un limpiaparabrisas, como si no habláramos el mismo idioma. “Aaah, es mejor que un ojo de pescado”. “No necesariamente, cumplen funciones distintas”. Después hablamos de caballos, de vacas y de la altura del Aconcagua.
En una hora de cabalgata llegamos al mirador, de nubes en este caso, porque el Cotopaxi está totalmente cubierto. Aunque hay viento y en cualquier momento el volcán puede dejarse ver. Mientras esperamos, Don Rafael se acuesta en el piso y al ratito ronca.
Inca hasta la médula, viste como el gaucho local, el chagra: poncho a rayas y una especie de sobrepantalón, llamado zamarro, cubierto con piel de cordero. El casco de equitación, los lentes de sol y el walkie talkie amarillo lo actualizan.
De regreso en la hacienda lo saludo como si me despidiera de un entrañable amigo, me regaló una sonrisa, copia fiel de la que le dedicó a la francesa y al quiteño.

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