Esta sendero, en la provincia de Limburgo, Bélgica, ofrece una experiencia única para los ciclistas. La bicisenda de hormigón, de 3 metros de ancho por 212 metros de largo, cruza un gran estanque en la reserva natural de De Wijers.
En busca de una mayor interacción con la naturaleza y una experiencia de viaje muy particular, la ciclovía desciende hasta los 1,6 metros de alto y deja el nivel del agua al ras del muro de hormigón, por lo que los ciclistas pueden observar el estanque desde la altura de los ojos, creando la sensación de estar dentro de él.
El Cycling Through Water (Ciclismo a Través del Agua) se inauguró en 2016, y hasta la fecha fue recorrido por más de 500.000 ciclistas. El singular recorrido forma parte de los casi 2.000 kilómetros de senderos para bicicletas que llevan tanto a ciudades como a parques naturales. “No queremos crear más kilómetros, queremos crear mejores kilómetros”, dice Igor Philtjens de Turismo Limburg, desarrollador del proyecto.
