Estas enormes caídas de agua representan verdaderos espectáculos naturales. Grandes, altas, anchas o caudalosas, desde las archiconocidas cataratas del Iguazú y Niágara hasta otras menos famosas, pero igual de espectaculares .
1. Cataratas del Iguazú. Argentina/Brasil
Se trata de una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo y se forman sobre el río Iguazú, en el límite entre la provincia argentina de Misiones y el estado brasileño de Paraná. Ambos países desarrollaron áreas protegidas desde donde visitarlas. Están formadas por 275 saltos de los cuales la Garganta del Diablo es el más importante con una caída de 80 metros.
2. Cataratas del Niágara. Estados Unidos/Canadá
Las cataratas del Niágara constituyen una frontera natural entre Estados Unidos y Canadá. La impresionante infraestructura en torno a ellas facilitan el acceso desde cualquiera de los dos países. No son muy altas, apenas 52 metros pero, de todos modos, impresionan por su caudal. Las mejores vistas se consiguen desde tierra canadiense.
3. Cataratas Victoria. Zambia/Zimbabue
Situadas en la frontera de Zambia y Zimbabue, estas cataratas se originan cuando el río Zambeze cae a una garganta de 108 metros de profundidad y, sus casi 1700 metros de largo las convierten en las más largas del mundo. El 75% de los saltos están del lado de Zimbabue y tiene mejores vistas. El puente Victoria Falls Bridge une los dos países y es otra atracción turística.
4. Salto Ángel. Venezuela
Esta cascada se encuentra en el sureste de Venezuela y lleva el nombre del piloto estadounidense James Ángel que la sobrevoló en 1933. Con 807 metros en su nivel más alto está considerada la más alta del mundo. Por estar situada en una zona remota del país, para visitarla, hay que volar a Canaima Camp, desde donde salen las embarcaciones.
5. Cataratas de Maletsunyane. Lesoto
Esta espectacular cascada de 192 metros se encuentra en el pequeño país de Lesoto, en África. Para llegar hasta el lugar hay que hacer un atractivo recorrido de cinco kilómetros desde la ciudad de Semonkong. Durante el invierno es habitual que se congele, ofreciendo una imagen distinta, pero igual de espectacular.