El Dique Arturo Illía o Embalse Cruz del Eje se terminó en 1943, después de tres años de construcción. Luego, en 1980 fue remodelado y su paredón, con una extensión de 3,2 kilómetros, se convirtió en el más largo de Sudamérica y en la parada obligada de todos los visitantes.
Cruz del Eje se encuentra a 130 kilómetros de la capital cordobesa por la RN 38 en la denominada “Cuenca del Sol”, en el noroeste cordobés. El dique está a unos 7 kilómetros del centro de la localidad.
La pesca desde el paredón o embarcados es la principal actividad en el dique Cruz del Eje. (Foto: Mario Rodriguez) 
El Macá Pico Grueso es una de las aves que es común ver en el embalse. (Foto: Mario Rodriguez)
Recibe el aporte de los ríos Quilpo y De la Candelaria que descienden de las sierras y su superficie de 1200 hectáreas es ideal para la pesca del pejerrey y la práctica de deportes náuticos. También ofrece hermosos balnearios en las playas de arena de la Isla del Zorro.
Además de los paseos en bote por el embalse, en la zona también se realizan actividades como el trekking, cabalgatas y avistaje de aves.
Anécdota
A comienzos de 1992 una adivina (bruja o vidente), vaticinó que una gran catástrofe ocurriría en Cruz del Eje. A los pocos días, durante la noche del 22 de febrero, corrió la noticia de que el dique, cercano a la ciudad, se había roto. Cundió el pánico y en un gran caos los habitantes corrieron a una loma a ponerse a resguardo de la inminente inundación.
Las horas pasaron y el agua nunca llegó.
Dicen que algunos graciosos, aprovechándose de la paranoia producto del nefasto vaticinio, decidieron gastar una broma. Dicen que el motivo fue arruinar una fiesta de casamiento al que no fueron invitados. Aún hoy muchos vecinos recuerdan el día en que se les “rompió el dique”.
Cuando el río suena es un documental que recoge esta historia contada por algunos vecinos de Cruz del Eje sobre aquella catástrofe que nunca fue.
