Una oportunidad para para conocer un enclave cultural único donde su naturaleza resiste e invita a caminar y descansar.
Por Mariana Minervini
La localidad de La Cumbre es un hermoso paraje serrano ubicado a solo 95km por la RP 38 desde Córdoba capital por el territorio alto del Valle de Punilla que, tras un año de incendios, su naturaleza se recupera para vivir un verano a pleno. Un poblado con mil historias que en el año 2018 le permitieron contar con la declaración de Pueblo Histórico Nacional, un reconocimiento por parte de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos (Secretaría de Cultura de la Nación) debido al cuidado en el patrimonio arquitectónico de la ciudad. Al ascender hasta el lugar y encontrarse con una antigua estación de ferrocarril, nos transporta a otros tiempos y conecta con cierta nostalgia. Hoy se utiliza para brindar información turística y realizar actividades culturales; además de propuestas que permiten conocer también el origen de los primeros fundadores.
No se puede visitar La Cumbre sin haber visto el Cristo Redentor, los campos del complejo agroindustrial perfumista de Domaine de Puberclar, volado en parapente y recorrido los museos históricos como la Casa Museo de Manuel Mujica Lainez y el Museo de Motos y Bicicletas; lugares clásicos e imperdibles.

La aventura de caminar
Emplazada en el punto más alto de este hermoso valle, La Cumbre propone aprovechar sus temperaturas agradables para aventurarse a la naturaleza o simplemente descansar para renovar energías y encarar un nuevo año. Una opción a descubrir, se encuentra a solo 11 km de la localidad: la Reserva de Monos Carayá a cargo de una Organización No Gubernamental que lleva adelante el Proyecto Carayá que cuida y conserva al Mono Aullador Negro o Mono Carayá y otras especies, para que puedan volver a su hábitat natural. Se pueden realizar visitas y consultas a través de su web y también sumarse a su programa de voluntariado: https://caraya.org Facebook: Proyecto Carayá.
Desde hace unos años, la localidad serrana también se encuentra trabajando en lograr declarar la Reserva Natural Cultural de usos múltiples Río Pintos, que permitiría proteger este enclave único. Arribar al valle del Pintos no es fácil, pero vale la pena. Es un lugar excepcional que, una vez que se supera el desafío del camino y ya en la orilla del río, vale la pena sentarse en la arena y observar sus aguas limpias que discurren entre grandes piedras de diversos colores. Un ambiente cálido y agradable para dejarse llevar y observar el curso de agua, donde viven bagres y algunas truchas.
Por ese transitar
Esta región de las sierras, esconde rincones culturales y religiosos que marcan la identidad de su gente. Se pueden realizar paseos entre místicas capillas, entre ellas la Capilla San Roque, la más antigua del lugar con una simpleza en su construcción que invita a reflexionar o simplemente, contemplar. En el otro extremo, los deportistas pueden disfrutar de la adrenalina que implica recorrer tres km por ruta pavimentada entre paisajes serranos hasta llegar a Cruz Chica y Cruz Grande o el trekking hasta el Cristo Redentor. Para los osados, otra opción es subir por una ladera y a solo 8 km de La Cumbre, se puede visitar el Mirador de Cuchi Corral o “Corral de chancho” (conocido como el balcón de Punilla), con inigualables vistas del valle, del río Pinto y al atardecer; imponentes puestas de sol que acarician el alma. Desde allí, vale la pena descender desde el mirador para refrescarse en la Cascada de Cuchi Corral, pero hay que tener en cuenta que la caminata requiere buen estado físico y habilidades para maniobrar en el descenso además de cruzar por el arroyo para poder observar los distintos saltos del recorrido hasta llegar al río Pinto.

La Cumbre es una villa cultural enmarcada por las Sierras Chicas, amable y confortable; conservada a lo largo del tiempo que espera tranquila la llegada de sus visitantes.