El atractivo turístico más convocante de la provincia ya abrió para los residentes riojanos y se prepara para la apertura nacional con sus clásicos circuitos para disfrutar Talampaya desde abajo y novedades para conocerlo desde arriba.
Ubicado en el centro-oeste provincial, el Parque Nacional Talampaya fue creado en 1997 y recorrer sus casi 215.000 hectáreas en donde podemos observar vestigios de como era la vida hace millones de años en esta zona, es como viajar en el tiempo, regresar al mundo de los dinosaurios y especies ya extinguidas.
Talampaya desde abajo
Un camión 4×4 nos transporta por este mundo rojizo a través del cauce seco del río Talampaya para recorrer, en poco más de cuatro horas, las cinco estaciones de uno de los circuitos clásicos de este parque. El vehículo cuenta con asientos al aire libre en el techo, sin la comodidad del aire acondicionado del interior, pero con todo el entorno a la vista.
Parada 1. Los Petroglifos

Unas sendas de madera nos conducen hasta los grabados que fueron hechos en las rocas desde hace 2500 años hasta solo 100 años por los antiguos habitantes de la zona. Un pastor que guía a una caravana de llamas o guanacos, personas con grandes tocados en la cabeza y figuras geométricas mezcladas con las patas de un ave son algunas de las expresiones talladas por nuestros antepasados.
Parada 2. El jardín Botánico

En esta seca inmensidad existe un pequeño bosque de flora autóctona cuyos intensos verdes se potencian con el rojo de los paredones, de hasta 150 metros de altura, que lo rodean. Allí, tallada por el agua, se formó La Chimenea, una hendidura cilíndrica en donde los visitantes son invitados a gritar para escuchar sus ecos.
Parada 3. La Catedral Gótica

Esculpida por el tiempo sobre los farallones rojizos, la Catedral Gótica es imposible de abarcar con un solo golpe de vista. En el lugar también hay extrañas formaciones como la cabeza de un cóndor y un rey mago con su camello.
Parada 4. El monje

Abandonamos el cañón para recorrer un sector llano con extrañas formaciones esparcidas por toda el área. Descendemos del camión y observamos El Tótem y La Torre, luego, unas cuidadas pasarelas de madera nos guían hasta la más conocida, y fotografiada, del parque, El Monje, otra geoforma con más de 40 metros de altura. Desde allí, también puede verse claramente a La Tortuga, otra caprichosa formación rocosa.
Parada 5. El Cajón de Shimpa

La última estación del circuito, es un angosto cañón de siete metros de ancho entre paredones de 80 metros. De los seis kilómetros que tiene de extensión el Cajón de Shimpa, solo se pueden recorrer un poco más de mil metros en un trekking que transita sobre el piso de arena rojiza.
Talampaya desde arriba

Balcones de Talampaya es una nueva excursión que permite llegar hasta un alto mirador desde donde se puede observar el parque desde arriba. La altura, que ofrece increíbles vistas panorámicas, permite además tomar una real dimensión de la inmensidad de los cañones, las quebradas y los interminables paredones rojos que terminan en el lecho seco del río. Este paseo se realiza con grupos reducidos de hasta diez personas, siempre con guía, y para llegar al balcón hay que hacer una caminata de baja dificultad pero intensa, ya que siempre es cuesta arriba.