A más de 4.000 msnm la Reserva Provincial laguna Brava, es un paraíso oculto en la cordillera riojana.
La laguna, de 17 kilómetros de largo, tiene aguas azules y turquesas con playas de grava y sal. Rodeada de volcanes con sus cumbres nevadas y cientos de flamencos, con sus picos hundidos en el agua salobre en busca de alimento, que no se inmutan con nuestra presencia. Es el principal atractivo de la reserva provincial que ocupa 405.000 hectáreas, creada en los 80, para preservar las comunidades de guanacos y vicuñas. El lugar, también fue declarado Sitio Ramsar, título que se les otorga a algunos lugares, de importancia internacional, para resguardar la vida de sus ecosistemas.

Pero para llegar hasta acá, el día empezó muy temprano, con desayuno liviano, por el apuro y por la altura a la que llegaríamos unas horas más tarde.
Atravesamos la localidad de Vinchina y su monumento al arriero cordillerano. Continuamos en ascenso por la Quebrada de la Troya, en donde el camino copia el cauce del Bermejo entre formaciones montañosas rojas y coirones amarillos. El recorrido ofrece dos rarezas al lado de la ruta: La Pirámide, que es un perfecto triángulo enclavado en la montaña y, al frente, el Mirador de la Herradura, en donde el río rodea un gran peñasco en forma de U para seguir el curso paralelo a si mismo.

En Alto Jagüé, la última población antes de la reserva. Las casas de adobe se construyeron sobre las márgenes del cauce socavado de un río seco -que a su vez es la calle principal- de manera que las construcciones se ubican hasta dos metros por encima de la calzada. Algunas de ellas han recibido intervenciones artísticas, sumando color al barro seco. Además, es la parada gastronómica obligada, antes de emprender el último tramo del viaje. Aquí, las artífices cordilleranas -según Facebook- hacen que el adjetivo “casero” cobre el mayor de los sentidos. Sus empanadas, panes rellenos y tortas fritas, son “la gloria”. Tienen también una farmacia de yuyos andinos para cualquier dolencia.

De nuevo en la ruta, a un costado puede verse una construcción circular de piedra. El Refugio del Peñón está ahí desde 1873. El entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento, hizo construir 14 similares, para los arrieros que llevaban su ganado desde o hacia Copiapó, Chile.

El paisaje se modifica a medida que ascendemos, la vegetación prácticamente desaparece y las montañas se redondean –parecen de terciopelo- y se tiñen de verdes, azules, violetas, grises, marrones y naranjas, según el mineral que contengan.
Sobre los 4.350 msnm iniciamos el descenso hacia un gran valle, también desciende la temperatura. De pronto, la laguna se muestra y crece la ansiedad. El viento hace que bajarse del vehículo sea todo un desafío. O sacude fuertemente las puertas o impide que se abran. De todos modos, bajamos y corremos como niños hasta el borde salino.
Con 405.000 hectáreas, a más de 4.000 msnm, la Reserva Provincial laguna Brava, invita a descubrirla. (Foto: MARIO RODRIGUEZ). El reflejo del sol sobre la superficie salina de la laguna por momentos encandila. (Foto: MARIO RODRIGUEZ). En esta inmensidad calma y silenciosa, solo los flamencos parecen rompen la quietud. (Foto: MARIO RODRIGUEZ).
En este entorno desolado, quieto y, extremadamente silencioso, los únicos que mueven la foto son los flamencos. La temperatura cae y el viento invita a la retirada pero… la laguna es más fuerte.