En las cálidas aguas del Atlántico, próxima a Salvador, se encuentra esta pequeña población con palmeras, espectaculares atardeceres y una belleza que seduce.
Por Lorena Riera
Esta antigua colonia de pescadores se convirtió en el lugar de veraneo de las familias de Salvador y en la década del ’70 pasó a ser el punto preferido de hippies, quienes adoptaron la zona para disfrutar de la paz y el amor y fueron ellos quienes impusieron un estilo relajado e informal. Hoy es una de las localidades preferidas para el turista que llega a Bahía.
Morro de São Paulo, a 60 kilómetros al sur de Salvador -la capital bahiana-, es parte de un archipiélago de seis islas, de las que sólo tres están habitadas. Este paraíso cuenta con playas de aguas claras y arenas blancas, además de los cocoteros y la selva atlántica que componen el escenario perfecto para los visitantes.

Playas para enumerar
Por orden numérico, las cinco playas que componen Morro tienen sus particularidades. La Primera se caracteriza por las opciones deportivas, donde se concentra la práctica de surf, con Pedra do Moleque y Quebrancinha como puntos de atracción para la fraternidad de las tablas. La Segunda está más congestionada por sus bares de playa y su oferta gastronómica durante el día y la noche, es una zona de pura diversión. Por su lado, la Tercera resulta más calma, aunque sirve también de punto de partida de excursiones. Más apartada e ideal para quienes eligen la tranquilidad de una extensa arena aparece la Cuarta. Por último, se extiende semi desierta con una larga fila de palmeras y termina en un manglar, la Quinta, bautizada como la Praia do Encanto.

Además de estas playas de Morro de São Paulo, en la misma isla existen otras: Porto de Cima, Porto de Pedra, Gamboa do Morro, Garapuá y Pratigi, todas se pueden recorrer contratando tours.

¡A caminar se ha dicho!
En Morro las calles son de tierra y adoquines con subidas y bajadas constantes. No existen autos, sólo algunos autorizados y con usos específicos, como el tractor que recoge la basura, una ambulancia o pequeños vehículos de los hoteles de la Cuarta y Quinta Playa para facilitar el acceso a la villa de sus huéspedes. Esto, obviamente, favorece un ambiente tranquilo y relajante.

La lancha o el catamarán llegan al puerto y desde ahí hay que caminar hasta el hospedaje. El servicio que ofrecen los lugareños es el “taxi-carretilla”, transportando el equipaje desde el puerto hasta el hotel o la posada elegida. Si contrata este traslado –lo recomendamos para evitar llegar exhaustos al hotel- tenga en cuenta llevar cambio. La tarifa: se negocia en el momento.
Para todos los gustos
Las tarifas de posadas, hoteles y resorts varían bastante y la oferta es muy amplia. Los lugares más demandados son la Primera, Segunda y Tercera Playa y el pueblo, donde los precios resultan más bajos. El alojamiento depende de los intereses del viajero: para tener fácil acceso a todo y estar más cerca de la vida nocturna, hospedarse en la Segunda Playa. Si, en cambio, descansar y estar un poco más aislado es el objetivo, quedarse en las tranquilas Cuarta y Quinta Playa.
Para el presupuesto tener en cuenta que en temporada baja (mayo y junio) los precios de los hospedajes son más accesibles, sin embargo esta época es de lluvias.
En el pueblo, el “centro”, se concentran comercios en general; restaurantes; posadas; mercaditos; farmacias; cyber; cafés; puesto telefónico; la iglesia Nossa Senhora da Luz y las dependencias municipales, como la Policía y un Dispensario.

Outfit de verano
En la isla nunca hace frío, las mínimas son de 22 grados y las máximas alrededor de 30 grados. Con este dato el equipaje para viajar a Morro debe ser sencillo y liviano. Recordar: calzado confortable, las calles son empinadas y todo traslado es a pie. Si las caminatas es una opción, llevar zapatillas bien confortables.