Buzios, a sólo tres horas de Río de Janeiro, regala a quienes la visitan paisajes espectaculares.
Dos advertencias antes de comprar el pasaje. Primero, la belleza del lugar y sus intensos colores atrapan. Segundo, cuando uno empieza a caminar y a descubrir rincones, no puede ni quiere parar.
Joao Fernandes y Joao Fernandinho
Si se busca glamour, nada mejor que instalarse en las playas de Joao Fernandes y Joao Fernandinho. A sólo dos kilómetros del centro de Buzios, su mar de aguas calmas y tonalidades azules las convierten en las más visitadas por los turistas, especialmente los que llegan desde tierras argentinas. En su costa hay numerosos bares y restaurantes, y lugares para alquilar cadeiras (reposeras) y sombrillas. En una extensión de 800 metros, Joao Fernandes acoge a jóvenes y familias, mientras que en la pequeña Joao Fernandinho, de sólo 100 metros, las familias ocupan casi exclusivamente todo el lugar. Imperdible realizar un paseo en kayak o dedicar tiempo al buceo. Un bonus de ambas playas: el bote que vende tragos (gran idea).
Tartaruga y Ferradura
Si bien llegar a Tartaruga no es fácil (la calle para acceder en auto está en construcción), vale la pena el esfuerzo de hacerlo caminando. La playa se despliega a lo largo de dos kilómetros, bañada por un mar calmo y de aguas calientes. Su nombre se debe a la existencia de pequeñas tortugas en la orilla que, con un poco de suerte, se dejan ver. Una característica llamativa de este lugar son los corales que ocupan una parte importante de la playa, perfectos para realizar buceo. Las promociones de caipirinhas de los bares logran reunir a una gran porción de la juventud, y en el panorama no faltan lanchas, kayak y gente haciendo stand up sobre tablas. Nadie se debería ir de Buzios sin deleitarse con un atardecer en Tartaruga.
Por otro lado, encerrada entre dos morros se encuentra Ferradura, una playa en forma de “U” cuyo nombre en español significa “herradura”. Es una zona muy popular en Buzios, a la que acuden grandes y chicos para disfrutar de la tranquilidad de sus aguas. El kilómetro y medio de extensión que tiene esta playa está repleto de bares. Una contra: como no es muy amplia, es normal que la gente esté un poco apretada mientras disfruta del sol y del mar. Pero no importa: con los morros y el sol asomándose en el horizonte, el entorno devuelve una belleza hipnótica.
Azeda y Azedinha
Finalmente, Azeda y Azedinha son dos de las playas más lindas (y pequeñas) de Buzios. Para conseguir lugar, hay que ir muy temprano. El mejor paisaje es el que ofrecen las escaleras que guían hasta Azeda: desde allí, uno tiene una vista maravillosa de un mar tan turquesa que encandila. Las playas están separadas por un pequeño sendero de piedras, siempre ocupado por los viajeros que buscan inmortalizar ese lugar con sus fotografías. Por la tranquilidad y la ausencia de bares, es una zona muy concurrida por familias.
Agitadas y tranquilas, frías y cálidas, azules y turquesas, amplias y apretadas: Buzios es un catálogo completo con playas para todos los gustos. Sólo queda por descubrir cuál le queda mejor a cada viajero.