En esta nota te contamos algunos de los muchos tipos de viajeros y su forma de hacer turismo. ¿Te animas a aportar algún otro?
El planificador
Para estos exigentes viajeros nada está librado al azar. Realizan un detallado plan que se ajuste a su presupuesto, tiempo y gustos. Se quedan en su casa antes que improvisar. Meticulosos en extremo, consultan a agentes de viajes, familiares y amigos que hayan viajado al lugar elegido y analizan las valoraciones en la web de cada transporte, alojamiento, excursión y cuanto servicio vayan a utilizar en su viaje. Aventura planificada, experiencia garantizada.

El tacaño
Este viajero calcula todo. Anota lo que gasta antes, durante y después de un viaje. Y, si viaja a otro país baraja todas las opciones para gastar menos: tipo de cambio, moneda local o dólar, tarjeta de débito o crédito? Regateador profesional, pide descuento por todo. Compra de recuerdo imanes por docena, todos iguales, porque son más baratos. Llega a sufrir por estar de vacaciones, ya que en su casa gastaría menos.
El quejoso
Una verdadera pesadilla, se queja por todo. No se le puede negar coherencia, comienza antes de llegar al aeropuerto y continúa durante todo el viaje. El horario, las colas, la espera, el chiquillo que corretea en preembarque, etc, etc. En su lugar de destino, el hotel es otra fuente inagotable para el quejido, la ubicación, la comida, el agua caliente, el agua fría. Le siguen en su orden de preferencia: los precios, el tiempo y la temperatura de la arena.
El fotógrafo
Este viajero necesita registrar cada lugar y cada experiencia de su viaje. Se lo puede ver varias veces con la misma ropa pero, con distintos artefactos que le permitan lograr la mejor foto. El gran angular para las montañas, el tele para captar al monito, la camarita pegada al casco durante el rafting, incluso el smartphone de no se cuantos megapíxeles y claro, ahora también el drone. Viaja solo para no tener que explicar que le encanta perder horas de su viaje en espera del atardecer perfecto.

El cultural
Este viajero se interesa por la historia, las costumbres y las tradiciones del destino que visita. Día de playa, día perdido. Cámara en mano recorre cada templo religioso, cada monumento y cada museo del lugar. Prueba el plato típico, pregunta sobre sus ingredientes y el origen de los mismos. Se mezcla con la gente local y, así no tenga idea de su idioma, encuentra la forma de comunicarse. En sus fotos hay iglesias, obras arquitectónicas, calles adoquinadas y primeros planos de lugareños, con trajes típicos, mejor.
El gourmet
Apasionado por la gastronomía, este viajero planea sus viajes en torno a la comida y disfruta como nadie de la experiencia culinaria local. Prueba los sabores típicos del destino y los exóticos. El foodie es además un planificador ya que recorre los restaurantes exclusivos –que lleva detalladamente estudiados- y también, se detiene en cada puesto callejero que lo tiente.
El comprador
La persona que entra en esta categoría viaja con valija XXL, 5 kilos a la ida y paga sobrepeso a la vuelta. No importa si visita una gran ciudad llena de shoppings o un semidesértico destino playero, siempre encuentra alguna cosita para llevarse de recuerdo. Algo de artesanía local pero, si el precio es bueno, vuelve con zapatos, el aparato tecnológico que en donde vive no existe y hasta con la colorida camisa caribeña que ya en casa, no se anima a usar. Ese sol azteca colgado en tu pared te lo trajo él.
El aventurero
A este tipo de viajero le encantan los lugares al aire libre y si son de difícil acceso, mejor. No tienen un itinerario definido ya que prefieren “perderse” y conocer cada rincón de su destino sin un plan. Solo necesitan de su mochila y sus zapatos cómodos para recorrer selvas, volcanes, ruinas, glaciares, barrios marginales y todos los lugares que lo alejen de la monotonía y la comodidad.

El online
Este viajero pregunta la clave wifi del hotel antes que el número de su habitación. Se siente desnudo sin su Smartphone y le falta el aire si su batería se está por acabar. Filma y fotografía todo lo que haga. Sube inmediatamente a sus redes sociales fotos de lo que comió, de la playa, de la excursión, además del videíto con sus pies entrando en el mar. El baño y la habitación también deben ser mostrados. Que nadie se quede sin saber donde está y qué hace a cada hora del día.